Y la noche creó al verbo

Hoy la vi, envuelta en seda,
manos de oro, ojos de miel.
La única musa que queda,
cantando sin voz sobre el papel.

Una canción escrita en las nubes,
en un pentagrama de viento,
goteando en negro sentimientos,
desgarrándose versos en la piel.

Y la noche creó al verbo
desatando de su garganta, ahogada en formol,
gritos que atraviesan el firmamento
y que son silencios en clave de sol.

Obituario

Hora de óbito,
las doce cuarenta y cinco.

La plegaria susurrada
en rincones oscuros
donde los fantasmas
juegan al póker
con pesadillas
que nunca tuvimos.

Campanas de plomo
que repican como calaveras
entrechocando en el colchón,
herrumbrosas, tristes, descerebradas.

Hora del óbito,
las doce cuarenta y cinco
y las flores muertas
durmiendo en el jarrón.

@Raketrake